Adara Molinero, expulsada de ‘Supervivientes All Stars 2025’: la caída de la reina de los realities que nadie esperaba

Patricia Pardo en ‘Vamos a ver’ | Telecinco
La inesperada expulsión de Adara Molinero en la semifinal de Supervivientes All Stars 2025 deja a los espectadores divididos y abre el debate sobre su desgaste televisivo.
La semifinal de Supervivientes All Stars 2025 dejó una de las escenas más comentadas de la temporada.
Adara Molinero, conocida como la “reina de los realities”, fue expulsada tras perder su duelo frente a Rubén Torres, quedándose así a las puertas de la gran final del concurso más extremo de Telecinco.
Su salida ha generado un auténtico terremoto mediático, no solo por lo inesperado del resultado, sino también por lo que simboliza: el posible fin de una era televisiva.
Una eliminación que nadie vio venir
Adara ha sido, sin duda, una de las concursantes más potentes de esta edición.
Su carácter, sus conflictos, sus confesiones y su capacidad para emocionar al público la convirtieron en una de las grandes favoritas para levantar el trofeo.
Sin embargo, el televoto ha hablado, y la audiencia ha decidido que su aventura termine justo antes del desenlace.
En el programa Vamos a ver, Patricia Pardo expresó en voz alta lo que muchos pensaban:
“¿No os sorprendió la expulsión de Adara? ¿Os lo esperabais? Yo no”.
Su asombro reflejaba el sentir general de los espectadores, quienes veían en Adara a una finalista natural, una mujer capaz de renacer una y otra vez ante la adversidad.
El debate en plató: entre la empatía y el cansancio
Durante la tertulia social del programa, Adriana Dorronsoro se mostró especialmente afectada por el resultado. “Me da mucha pena porque Adara ha dado tanto en este concurso, ha superado sus miedos.
Torres es buen concursante, pero Adara es mucho más completa”, dijo la periodista, reconociéndose abiertamente como ‘adarista’.
No obstante, no todos compartían la misma visión.
Alessandro Lequio, con su habitual tono analítico y directo, lanzó una reflexión que encendió el debate:
“Para Adara esto es un absoluto fracaso.
Su modelo de actuación ya ha saturado al espectador hasta la extenuación”.
Sus palabras encontraron eco inmediato entre otros tertulianos como Cristina Tárrega y Pepe del Real, quienes coincidieron en que la figura televisiva de Adara podría estar experimentando un desgaste evidente tras años de presencia constante en la pequeña pantalla.
“Adara ya está caduca”, llegó a afirmar Pepe del Real, provocando una ola de reacciones en redes sociales.
Un fenómeno mediático con luces y sombras
Desde su salto a la fama en Gran Hermano 17, Adara Molinero se ha convertido en un rostro imprescindible de la televisión española.
Ha pasado por GH VIP, Secret Story, El tiempo del descuento y ahora Supervivientes All Stars, siempre con una mezcla de carisma, polémica y autenticidad que le ha garantizado minutos y titulares.
Sin embargo, esa misma exposición podría estar pasándole factura.
La saturación mediática, las polémicas constantes y la falta de sorpresa han podido provocar un efecto de agotamiento entre los espectadores, que comienzan a buscar nuevas caras y nuevas historias.
Aun así, su expulsión ha generado un nivel de conversación social que confirma su magnetismo: Adara Molinero sigue siendo un nombre que no deja indiferente a nadie.
Un final que podría ser un nuevo comienzo
Pese a la decepción, la trayectoria de Adara demuestra que cada caída puede convertirse en una oportunidad.
Su habilidad para conectar con el público y reinventarse ha sido una constante en su carrera.
Y aunque esta vez la audiencia le ha dado la espalda, muchos de sus seguidores creen que esta eliminación no es un punto final, sino una pausa antes de su siguiente capítulo.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo, con etiquetas como #AdaraMerecíaLaFinal y #ReinaDeLosRealities, defendiendo su papel en el concurso y pidiendo su regreso a futuros formatos.
Porque, al final, si algo ha demostrado Adara Molinero es que sabe resurgir de sus propias cenizas.
Y puede que este inesperado adiós sea, paradójicamente, el primer paso hacia su mayor regreso.