Un historiador británico es demoledor como pocos al calificar a Franco en tres palabras y resumir en una frase su mayor logro.
El especialista se despacha tranquilamente contra el dictador.

El historiador británico Simon Sebag Montefiore, autor de obras que se han traducido a 48 idiomas y ganador entre otros premios del Book Award al mejor libro de historia del año y del JBC Book of the Year Prize, ha calificado al dictador Francisco Franco con tres palabras demoledoras: “Violento, racista y autoritario”.
En un artículo publicado en el diario The Daily Telegraph, fundado en 1855 y que vende más de 300.000 ejemplares diarios, el especialista afirma que “el logro más sorprendente del dictador español fue simplemente su supervivencia”.
El historiador asegura de forma rotunda que el caso de Franco en España “ofrece un brillante ejemplo de cómo la voluntad, la determinación, la violencia y la crueldad, sumadas a la suerte, pueden permitir que un líder mediocre se mantenga en el poder durante mucho tiempo”.
Simon Sebag Montefiore publica además ese texto en un momento en que el franquismo está en el centro del debate después de que el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas haya mostrado que el 21,3% de la población cree que los años del franquismo fueron “buenos o muy buenos”. Ese porcentaje entre los jóvenes es del 19%.
Violencia y culto al poder.

El historiador británico explica en su artículo que “Franco era un operador impasible con todo el talento político necesario para triunfar en un país dividido y desesperado, donde la violencia y el culto al poder se habían convertido en las herramientas esenciales de la política”.
Además, recuerda que el dictador “gobernó vitaliciamente, reservándose el derecho a elegir sucesor mientras su familia y compinches se enriquecían y competían por contratos y favores en sus grandiosas partidas de caza”.
“Franco abrazó a los nazis con entusiasmo”.
Subraya también Simon Sebag Montefiore que “Franco abrazó a los nazis con entusiasmo, creyendo en los clásicos clichés antisemitas de los judíos como asesinos de niños y asesinos de Cristo”.
“La cautela y la codicia de Franco le impidieron comprometer a España en la guerra y, afortunadamente para él, aún no lo había hecho cuando se hizo evidente que Hitler perdería”.

“Cortesanos, familiares y médicos pasaron la década de 1970 luchando entre sí por controlar al generalísimo en decadencia.
Finalmente falleció en 1975; Juan Carlos ascendió al trono y recompensó, como prometió, a Carmen, la hija de Franco, con un ducado”, incide el historiador.