“Escándalo en los Premios Princesa de Asturias: la Infanta Elena pone un límite inesperado” Nadie lo vio venir. Según fuentes cercanas a Zarzuela, la Infanta Elena habría pedido expresamente que cierto invitado no volviera a los Premios Princesa de Asturias. El motivo habría sido un comportamiento “fuera de lugar” durante la última edición que dejó a todos desconcertados. El episodio, del que pocos se atreven a hablar, ha generado un revuelo sin precedentes en el entorno real. ¿Qué ocurrió realmente aquella noche? Lo que se ha filtrado podría cambiar la imagen de más de uno.

La infanta Elena pidió que no volviera a los Premios Princesa de Asturias porque terminó bebido.

 

 

 

 

 

Ocurrió en la primera gala en la que Letizia acudía tras su compromiso con Felipe.

 

 

 

 

 

 

 

Los Premios Princesa de Asturias 2025 volvieron a celebrarse en el Teatro Campoamor de Oviedo, un escenario cargado de historia, elegancia y también, según algunos, de recuerdos incómodos.

 

 

 

Esta edición ha estado marcada por la presencia de la princesa Leonor, quien se encargó del discurso de clausura.

 

 

 

Pero entre bambalinas, una vieja historia volvió a comentarse: la del abuelo Paco, el familiar más polémico de la reina Letizia, cuya presencia en actos oficiales quedó vetada para siempre tras un episodio bochornoso.

 

 

 

Cuentan quienes estaban allí que el ambiente se tensó cuando alguien mencionó aquel incidente.

 

 

Fue durante una de las primeras ediciones a las que acudió la familia de Letizia tras su compromiso con el entonces príncipe Felipe.

 

 

Entre los invitados, se encontraba Paco Rocasolano, el abuelo taxista de la reina.

 

 

Al principio, todo transcurrió con normalidad. Saludaba, sonreía, brindaba.

 

 

Pero a medida que avanzaba la noche, el vino corría con generosidad, y Paco fue perdiendo el control.

 

 

 

 

 

El abuelo de la reina Letizia la lía en los Premios Princesa de Asturias.

 

 

 

Según testigos de aquella gala, el abuelo terminó bebido, alterado y con un comportamiento poco acorde con el protocolo real.

 

 

Hablaba en voz alta, interrumpía conversaciones y, en un momento dado, llegó a incomodar a varios invitados.

 

 

La infanta Elena, que observó la escena con creciente inquietud, habría sido quien pidió personalmente que no volviera jamás a los premios.

 

 

El incidente corrió como la pólvora en los círculos palaciegos. Aquella noche, Felipe VI decidió imponer un veto definitivo a Paco en los actos oficiales.

 

 

Desde entonces, ningún miembro de la familia Rocasolano ha vuelto a tener protagonismo en los Premios.

 

 

Paloma Rocasolano, madre de Letizia, es la única que sigue asistiendo de forma discreta, pero siempre con un papel secundario y bajo estricta vigilancia de protocolo.

 

 

 

 

 

Paco era un sospechoso habitual.

 

 

 

No era, sin embargo, la primera vez que Paco protagonizaba una escena incómoda.

 

 

Ya en la boda de Felipe y Letizia, el abuelo había tenido un encontronazo con Jesús Ortiz, exmarido de Paloma y padre de la reina.

 

 

 

Aquel episodio, según la cronista Pilar Eyre, terminó incluso en un enfrentamiento físico tras unas copas de más.

 

 

El motivo: el dolor por la ruptura familiar y la presencia de Ana Togores, la nueva pareja de Jesús.

 

 

Desde entonces, la Casa Real ha mantenido una distancia prudente con los Rocasolano, especialmente con los miembros más espontáneos y menos habituados a las normas cortesanas.

 

 

El bochorno de Oviedo fue la gota que colmó el vaso. Para Felipe VI, que defiende la imagen moderna pero seria de la monarquía, aquel episodio marcó un antes y un después.

 

 

 

A pesar de las anécdotas y las habladurías, el tiempo ha terminado por suavizar los juicios.

 

 

Hoy, con una reina consolidada y una monarquía que ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos, aquel episodio en Oviedo se recuerda más como una nota humana que como un escándalo.

 

 

Sin embargo, no deja de ser un recordatorio del enorme escrutinio al que se somete cada gesto, cada palabra y cada familiar de los Borbones y Ortiz Rocasolano.

 

 

Los Premios Princesa de Asturias 2025 han vuelto a situar en el foco mediático tanto a la princesa Leonor como al legado que representa su madre.

 

 

Y aunque los años han pasado, las viejas historias aún resuenan entre bambalinas.

 

 

Porque, al final, detrás de los trajes de gala y los discursos perfectos, la monarquía sigue siendo, en esencia, una familia.

 

Con sus luces y sus sombras. Con sus errores, silencios y redenciones.

 

 

Y, tal vez, ese sea el secreto mejor guardado de la realeza española: que detrás del protocolo y de la pompa late, como en cualquier otra casa, la compleja humanidad de sus protagonistas.

 

 

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