Silencio, movimientos y rumores en los pasillos del PP valenciano. Mientras Carlos Mazón intenta recomponerse tras el desgaste político provocado por la DANA, un nombre comienza a resonar con fuerza en las conversaciones más discretas: Gerardo Camps, la supuesta “bala oculta” que el partido podría estar preparando para un eventual relevo o un cambio de rumbo estratégico. Fuentes internas aseguran que su figura ha ganado peso en los últimos días, con reuniones discretas, llamadas inesperadas y gestos que pocos se atreven a interpretar abiertamente. Nadie lo confirma, pero muchos lo dan por hecho: algo se mueve en el entorno popular, y Camps podría tener un papel mucho más decisivo del que aparenta. Su perfil técnico, su pasado en la gestión económica y su relación directa con figuras clave del partido lo colocan en una posición privilegiada para actuar en el momento preciso. ¿Estamos ante un simple rumor de pasillo o ante la antesala de una maniobra política cuidadosamente planificada por el PP?|TH

Fuentes del PP señalan que el senador valenciano “se perfila como un posible sustituto en la Comunidad Valenciana”, aunque Mazón “quiere seguir”

Se cumple un año desde la DANA, que arrasó la Comunidad Valenciana.

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat y líder del Partido Popular valenciano, no ha logrado disipar la sensación de descontento popular.

Las protestas en las calles y el malestar entre cargos locales del partido mantienen viva la tensión interna.

La tragedia dejó al descubierto graves carencias en la gestión de emergencias.

Las lluvias torrenciales de finales de octubre de 2024 provocaron daños millonarios y generaron una oleada de críticas hacia el Gobierno autonómico de Mazón.

En ese contexto, un nombre empieza a escucharse con insistencia en los despachos de Madrid y Valencia: Gerardo Camps Devesa.

Su figura, discreta pero influyente, se ha convertido en la alternativa silenciosa que Génova podría activar si la situación de Mazón se complica.

Algunas fuentes populares lo describen como la “bala oculta” del PP nacional, alguien capaz de devolver la estabilidad sin provocar fracturas internas. Gerardo Camps.

Gerardo Camps nació en 1963 y es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia.

Su carrera política se inició en los años noventa, cuando fue elegido diputado en el Congreso por Valencia.

En Madrid se labró fama de gestor metódico y leal al partido.

Durante el Gobierno de José María Aznar ocupó la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, un cargo clave en la administración pública.

En 2003 regresó a la política autonómica de la mano de Francisco Camps, con quien comparte apellido, pero no parentesco.

Fue conseller de Economía, Hacienda y Empleo de la Generalitat Valenciana y, desde 2007, vicepresidente segundo del Consell.

Su etapa coincidió con los años de expansión económica y con el inicio de la crisis financiera, lo que le obligó a gestionar una situación de gran tensión presupuestaria.

Aunque se mantuvo alejado de los focos durante un tiempo, su vuelta a la primera línea llegó en 2023. Por entonces fue designado senador por las Cortes Valencianas.

Hoy es portavoz adjunto del grupo popular en la Cámara Alta.

Gerardo Camps.

A lo largo de su carrera, Gerardo Camps también se ha visto envuelto en polémicas.

Durante su etapa al frente de la Conselleria de Economía, Hacienda y Empleo de la Generalitat Valenciana, el Tribunal de Cuentas detectó irregularidades en la adjudicación de campañas de publicidad, muchas de ellas tramitadas con carácter de urgencia sin justificación suficiente.

Su nombre apareció también vinculado al caso Nóos, cuando testigos señalaron que su departamento había dado órdenes directas relacionadas con contratos del Instituto que presidía Iñaki Urdangarin, aunque él negó haber tenido contacto con esa entidad.

Además, la prensa publicó críticas por los gastos de representación de su conselleria, que habrían superado los 500.000 euros en comidas y restaurantes entre 2007 y 2011, una cifra que Camps siempre rechazó.

Pese a estas controversias, nunca ha sido condenado por ningún tribunal.

La mirada de Génova sobre Mazón y Camps

En la sede nacional del PP observan con atención la evolución de Mazón

La gestión de la DANA y las posteriores protestas han generado incomodidad en el partido.

Aunque oficialmente nadie plantea un relevo inmediato, en Génova se preparan para cualquier escenario.

Carlos Mazón.

En ese tablero, Gerardo Camps encaja como una figura de consenso.

Su perfil institucional le permite mantener cierta distancia de la política autonómica diaria.

No está marcado por la gestión del desastre ni por las disputas internas del Consell.

Tampoco genera rechazo entre las distintas familias del partido. Tiene buena relación con los cuadros valencianos y goza de respeto en Madrid. En un momento en que el PP busca evitar nuevas divisiones, su nombre surge como una opción de equilibrio.

Los analistas políticos destacan su capacidad para combinar discreción y autoridad.

No es un político de titulares ni de confrontación.

Prefiere los despachos y la planificación a los gestos públicos.

Esa forma de actuar contrasta con la exposición mediática de Mazón, que ha sufrido un desgaste evidente tras la DANA.

Un relevo que aún no se plantea abiertamente

Por ahora Mazón conserva el respaldo formal del partido: Feijóo ha descartado movimientos precipitados y pide centrarse en la gestión.

Sin embargo, la preocupación es real.

La Generalitat vive un clima de tensión constante y el PP teme que el desgaste afecte a su imagen a nivel nacional.

Gerardo Camps, mientras tanto, mantiene un perfil bajo, no hace declaraciones sobre su futuro ni participa en las maniobras orgánicas.

En el Senado preside la comisión que investiga la gestión de la DANA, una tarea que le permite reforzar su imagen de rigor y solvencia.

Su papel en esa comisión le da visibilidad sin que parezca una maniobra partidista.

Gerardo Camps. | Europapress

En el entorno popular se interpreta que esa posición lo coloca en un lugar estratégico. Si la crisis de Mazón se agrava, Camps estaría en condiciones de asumir un papel más relevante. Génova valora su conocimiento del territorio y su experiencia en la administración. Pero también su capacidad para representar una nueva etapa sin romper con el pasado.

Entre el recuerdo y la oportunidad

El pasado de Gerardo Camps no está exento de sombras. Su nombre estuvo vinculado a los años del llamado “milagro valenciano”, un periodo de fuerte gasto público y proyectos faraónicos. Aunque nunca fue imputado en casos de corrupción, su paso por el Consell quedó asociado a aquella época de excesos. Ese recuerdo podría convertirse en un obstáculo si se planteara como alternativa visible.

Aun así, el desgaste de Mazón ha reabierto espacios para viejos conocidos del partido. La DANA no solo dejó calles inundadas y viviendas arrasadas, también removió los cimientos de un liderazgo que parecía sólido. Las voces que reclaman una renovación se hacen más fuertes y Génova busca fórmulas para pilotar el cambio sin desatar una guerra interna.

En ese escenario, Camps aparece como un candidato que no divide. No representa una corriente concreta, ni responde a una estrategia de ruptura. Su discurso, basado en la gestión y la moderación, podría servir para recomponer la imagen del PP valenciano en un momento de desgaste institucional.

A diferencia de otros nombres que suenan para el futuro del partido, Gerardo Camps no tiene prisa. Su trayectoria lo ha acostumbrado a los tiempos largos de la política.
Carlos Mazón. | Europapress

Su entorno asegura que no hay ambición explícita por liderar el PP valenciano. Pero quienes lo conocen insisten en que, si el partido se lo pide, no se apartaría. Para Génova, esa actitud es precisamente lo que lo hace útil: un dirigente que puede ser llamado cuando la situación lo exija sin haber participado en las pugnas previas.

El aniversario de la DANA ha vuelto a situar la política valenciana en el foco. Mazón afronta un momento difícil, con protestas ciudadanas y críticas desde dentro del partido. En paralelo, Gerardo Camps refuerza su presencia institucional sin levantar polémica.

En los pasillos del Senado y en las sedes provinciales del PP, su nombre circula con discreción. No hay anuncio ni plan formal, pero el rumor se extiende. Génova, prudente, prefiere no confirmar ni desmentir nada. Solo algunos dirigentes reconocen que, si la crisis se profundiza, Camps sería una opción sólida.

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