Interior, Presidencia y Educación han transferido fondos a la organización islámica en plena crisis presupuestaria

La Comisión Islámica ha recibido más de 1,7 millones de euros en subvenciones públicas, según el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas.
Estas ayudas contrastan con las continuas quejas del propio Gobierno sobre la falta de fondos para investigación médica, sanidad o apoyo a la ciencia.
Mientras los laboratorios y hospitales denuncian escasez de recursos, se destinan importantes cantidades de dinero público a proyectos islámicos.
Gracias a esa presión, el Ejecutivo socialista ha adoptado muchas de sus exigencias, incluida la imposición de menús halal en los colegios públicos.
Es decir, mientras los hospitales siguen sin recursos y los investigadores se van al extranjero, el dinero de todos los españoles se destina a adaptar comedores escolares a normas religiosas.
En enero de 2025, la Comisión Islámica presentó un informe pidiendo más profesores de religión islámica, el uso obligatorio del velo en centros educativos y la introducción del menú halal.
Tres meses después, el Gobierno no solo escuchó, sino que obedeció. En abril aprobó un Real Decreto que obliga a ofrecer menús especiales por motivos religiosos, sustituyendo la normativa anterior, que dejaba esa decisión en manos de los centros.

Pedro Sánchez, protagonista del acercamiento político al mundo islámico.
El Ministerio de Educación, bajo la dirección de Pilar Alegría, ya ha aplicado esta medida en varios colegios de Ceuta.
El Boletín Oficial del Estado publicó la formalización de un contrato público para el suministro de menús halal, totalmente ajustados a las normas islámicas.
Todo costeado, una vez más, con el dinero de los contribuyentes.
El pliego técnico establece que toda la carne debe ser certificada como ‘halal’ y prohíbe de forma expresa el uso de cerdo en los menús.
Además, impone el empleo de aceite de oliva, limita la cantidad de sal y excluye determinados tipos de pescado.
Estas subvenciones comenzaron en 2021, impulsadas por el ministro del Interior, Grande-Marlaska.
Ese año ya se concedieron decenas de miles de euros ‘para el ejercicio presupuestario’, seguidos de nuevos convenios desde la Consejería de Educación de Ceuta.
A partir de ahí, los fondos crecieron hasta alcanzar cifras escandalosas.
Solo en 2024, la organización recibió casi medio millón de euros del Ministerio de la Presidencia, además de ayudas de Interior y Educación.
Todo ello mientras miles de investigadores españoles trabajan con presupuestos mínimos y los sanitarios reclaman recursos básicos.
El Gobierno de Sánchez sigue cediendo ante las exigencias del islam institucional.
Alimentación, vestimenta, enseñanza… cada año una nueva concesión.
Pero cuando se trata de proteger la investigación, la cultura o la identidad española, siempre parece que ‘no hay dinero’.