Antonio Naranjo critica al rey Felipe por su papel junto a Sánchez en el funeral de Estado: “Con todo mi respeto…”.
El polémico contertulio asegura que el monarca no debería permitir que el presidente del Gobierno hiciera un “funeral a su antojo”.

El primer aniversario de la devastadora DANA que golpeó a la Comunitat Valenciana en octubre de 2024 ha estado marcado por la emoción, el recuerdo y también la controversia.
El funeral de Estado por las víctimas mortales, celebrado este miércoles en la Ciutat de les Arts i les Ciències de València, reunió a las más altas autoridades del país, a los Reyes Felipe y Letizia, y a los familiares de las 237 personas que perdieron la vida en aquella tragedia.
Sin embargo, el clima de recogimiento y respeto se vio alterado por la crítica del periodista Antonio Naranjo, quien arremetió contra el monarca por su papel durante el acto junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X (antes Twitter), el presentador de El Análisis: Diario de la Noche (Telemadrid) escribió:
“Sinceramente, y con todo mi respeto al Rey, no debería permitir que Sánchez hiciera un funeral a su antojo: aleja a las víctimas, saluda a las que él selecciona y convierte el acto en un búnker. Él no puede pisar la calle. Felipe VI sí, y no debería renunciar a ello”.
El comentario de Naranjo ha generado una oleada de reacciones en redes sociales y en los medios, reabriendo el debate sobre el papel institucional del monarca en los actos de Estado y su relación con el Gobierno.
Para algunos, sus palabras reflejan una crítica política revestida de lamento; para otros, un reproche innecesario en un día de duelo nacional.
Lo cierto es que la publicación no ha pasado inadvertida y ha sido compartida y comentada miles de veces, especialmente por usuarios afines al sector más conservador, que acusan al Ejecutivo de “controlar” la ceremonia y convertirla en un evento “cerrado y politizado”.
El funeral, sin embargo, había sido preparado cuidadosamente por el Gobierno en consenso con las asociaciones de víctimas, que participaron en la organización y en la definición del protocolo.
Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la DANA 29O, explicó días antes que el acto daría “un papel relevante” únicamente a la Casa Real y a los familiares presentes, para evitar tensiones políticas.
“Revivir los últimos días de nuestros familiares, saber que va a acudir la persona que no quisiéramos que estuviera ahí… es muy doloroso”, afirmó, en referencia al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a quien responsabilizan directamente de la falta de previsión y gestión durante la catástrofe.
Por ese motivo, las víctimas solicitaron expresamente que Mazón no saludara ni participara en los encuentros previos al acto oficial. Según los medios presentes, ese protocolo se cumplió estrictamente: solo los Reyes, el presidente del Gobierno y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, participaron en el saludo privado a los familiares, presentando a cada uno de ellos ante Felipe VI y la reina Letizia.
Los monarcas dedicaron varios minutos a conversar con cada familia, escuchando sus historias y mostrando un respeto que fue ampliamente valorado por los presentes.
La polémica surgió en redes sociales mientras las imágenes del funeral se emitían en directo por RTVE. Antonio Naranjo, conocido por su tono crítico y su estilo directo, acusó al Gobierno de haber “blindado” el acto y de limitar el contacto de los Reyes con el público.
Su tuit, publicado en medio de la ceremonia, coincidió con los momentos en que la comitiva institucional tomaba asiento y se producían algunos gritos de protesta contra Mazón, como “asesino” o “rata”, que fueron captados por los micrófonos de varias televisiones.
A pesar de la tensión, el funeral transcurrió en un ambiente de recogimiento y respeto. Felipe VI pronunció unas breves palabras durante la ceremonia, recordando que “ninguna nación puede avanzar si olvida el dolor de los suyos” y subrayando el papel de la solidaridad ciudadana durante los días más duros tras la DANA.
Pedro Sánchez, por su parte, agradeció el trabajo de los equipos de emergencia y defendió la respuesta del Estado, destacando la necesidad de reforzar los sistemas de alerta climática ante los fenómenos extremos que, según los expertos, serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
Sin embargo, las palabras institucionales no lograron apagar el eco de la crítica mediática.
Naranjo volvió a publicar otro mensaje horas más tarde, reiterando su respeto al monarca, pero insistiendo en que “la Corona no puede ser cómplice del blindaje político del dolor ajeno”.
Varios analistas interpretaron su intervención como un intento de reabrir un debate sobre el papel del Rey en los actos donde confluyen emociones y decisiones políticas.
Otros, en cambio, consideraron su tuit una provocación innecesaria en un contexto de luto nacional.
Más allá de la controversia, el acto de Valencia simbolizó la memoria de una tragedia que marcó profundamente a la Comunitat y al conjunto de España.
Un año después, las familias aún reclaman justicia y compensaciones por las negligencias que, según denuncian, agravaron las consecuencias de la catástrofe.
Los Reyes, visiblemente emocionados, ofrecieron un mensaje de apoyo y cercanía, mientras Letizia abrazaba a algunas madres y padres que perdieron a sus hijos bajo las aguas torrenciales.
Fue una escena que muchos interpretaron como el gesto más humano de la jornada, en contraposición a las tensiones políticas que se filtraban fuera del auditorio.
El eco del funeral ha sido amplio, tanto en los medios nacionales como en las redes. RTVE, Telecinco y Antena 3 destacaron la solemnidad del acto, mientras que los espacios de tertulia posteriores se centraron en la división de opiniones que provocó la presencia de Mazón y el comentario de Naranjo.
En El Análisis: Diario de la Noche, el propio periodista defendió su postura afirmando que “el Rey debe ser el representante de todos los españoles, no de un protocolo cerrado que excluye al pueblo”.
Sus palabras fueron interpretadas por algunos colegas como una crítica velada a la Casa Real, algo poco habitual incluso entre los comentaristas más duros.
El caso refleja la tensión constante entre la política, la monarquía y la opinión pública en España.
Mientras una parte de la sociedad exige que la Corona mantenga una neutralidad estricta, otra reclama que los Reyes adopten un papel más cercano y activo, especialmente en momentos de duelo o conmemoración.
La intervención de Naranjo ha servido, en definitiva, para poner sobre la mesa un debate que trasciende el funeral y que afecta al equilibrio institucional del país.
A pesar del ruido mediático, lo que quedó en la memoria colectiva fue la imagen de un país que aún llora a sus víctimas, de unos Reyes que acompañan en el dolor, y de unas familias que reclaman que la memoria no se diluya.
La DANA de 2024 cambió el paisaje de la Comunitat Valenciana, pero también la conciencia sobre la vulnerabilidad ante el clima extremo.
Y, un año después, incluso las polémicas políticas no han logrado eclipsar el verdadero propósito del día: recordar a quienes ya no están y exigir que una tragedia así no vuelva a repetirse.