Hay quienes ven en el discurso de este Premio de Asturias una ironía en toda regla contra Feijóo.
“Si es que no se puede salir de casa”.

Los Premios Princesa de Asturias 2025, que se celebraron un año más en el Teatro Campoamor de Oviedo y en el que tuvo más protagonismo que desde la primera vez la princesa Leonor, han seguido dando que hablar en las redes sociales gracias a usuarios que han notado detalles y han sacado sus propias conclusiones que invitan a la reflexión.
En este caso ha sido el periodista Íñigo Sáenz de Ugarte, uno de los fundadores del diario público y antiguo reportero de Informativos Telecinco cubriendo Oriente Medio, ha destacado el momento en el que el surcoreano Byung-Chul Han, ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, dio su discurso contra el neoliberalismo.
Sobre todo cuando las cámaras enfocaron al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
“Feijóo va a la entrega de Premios Princesa de Asturias porque es lo obligado y le endosan una conferencia contra el neoliberalismo. Si es que no se puede salir de casa”, escribía el periodista en X, acumulando 80.000 visitas y 2.000 ‘me gusta’.
“Vivimos en un régimen despótico neoliberal”.
Durante el discurso, el surcoreano Byung-Chul Han pronunció que sus textos de crítica social han causado “irritación, nerviosismo e inseguridad, pero a la vez ha adormecido a muchas personas, ya con mi ensayo, La sociedad del cansancio, traté de cumplir esta función del filósofo, amonestando a la sociedad y agitando su conciencia para que despierte“.
“La tesis que yo exponía es efectivamente irritante: la ilimitada libertad individual que nos propone el neoliberalismo no es más que una ilusión.
Aunque hoy creamos ser más libres que nunca, la realidad es que vivimos en un régimen despótico neoliberal que explota la libertad”, defendió.
La audiencia en redes sociales, esa que vio en el tuit de Sáenz de Ugarte un “micro-rifle” dirigido al PP, divide su interpretación entre quienes lo ven como un golpe simbólico y quienes lo interpretan simplemente como un acto cultural más con tintes críticos.
Y precisamente esa división refleja la fuerza del discurso: no cierra conclusiones, abre preguntas.
Finalmente, lo que esa escena en el Teatro Campoamor viene a mostrar es que la política ya no reside únicamente en el debate de ideas, sino en el escenario simbólico, en el gesto, en la presencia o el silencio.
En un acto de protocolo y premios, se desliza una advertencia al poder: “Nos creen libres, pero estamos atrapados”.
Y cuando lo que se presume libertad se convierte en explotación, la crítica filosófica adquiere dimensión política.
En conclusión, la entrega del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades a Byung-Chul Han no fue simplemente un reconocimiento académico: fue también un momento de tensión que invita a replantear la relación entre libertad, mercado, política e individuo.
Que Feijóo estuviera allí no garantiza que su modelo salga indemne de la crítica; al contrario, el aparato institucional puede convertirse en escenario de la advertencia más incisiva.
Y si la frase “Si es que no se puede salir de casa” resume el gesto de ironía, será porque en el fondo se cuestiona quién realmente tiene la llave del hogar de la libertad.