“Carlos, hasta aquí”: el mensaje de su madre que hundió a Mazón antes de recluirse en la Casa de las Brujas.
El president valenciano en funciones pasó 72 horas encerrado con su familia y su núcleo más cercano antes de anunciar su decisión.
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, a su llegada al funeral a las víctimas de la DANA en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia.
El desde el pasado lunes president de la Comunidad Valenciana en funciones, Carlos Mazón, pasó 72 horas encerrado, con su núcleo más duro y su familia cerca, hasta que en las últimas horas diera definitivamente un paso a un lado, en diferido y sin pronunciar la palabra dimisión en ningún momento ni convocar elecciones.
En las siguientes líneas se explica de qué manera se desarrollaron los días más decisivos en la vida política del responsable del PP en la Comunidad Valenciana, aunque el detonante, al menos sobre el papel, del abandono de Mazón comenzó en el funeral de Estado de la DANA, donde fue recibido entre abucheos e insultos de los familiares de las víctimas, que le habían pedido por activa y por pasiva que no acudiera.
Después del acto solemne, el alicantino se sube a su coche oficial, noqueada por el recibimiento de los damnificados y se dirige a su provincia natal, según cuenta este martes el diario El País, donde lo recibe su madre, una enfermera jubilada que, si bien nunca se habría inmiscuido de más en las decisiones de su hijo, le lanza un mensaje claro: “Carlos, hasta aquí”.
Después de pasar la noche rodeado de su familia, Mazón vuelve el jueves por la mañana a Valencia, donde anuncia que va a reflexionar sobre lo ocurrido.
En este momento ya hay quienes vaticinan la dimisión, pero él en ningún momento habla de esta posibilidad, sino que se limita a emitir que “hará una comparecencia en los próximos días”.
“No hay ninguna previsión más allá de lo que acabo de decir”, dice a los medios de comunicación.
Todavía habría que esperar a la tarde del jueves, según fuentes del partido, para que el dirigente de la formación en la Comunidad Valenciana llame a Alberto Núñez Feijóo para decirle, en una primera conversación “Me quiero ir”.
Previamente a esa llamada, el barón ‘popular’ se había enclaustrado con su grupo de confianza más reducido -menor a las 15 personas que históricamente le han acompañado en las decisiones importantes- en la conocida como Casa de las Brujas, un palacete del siglo XIX sede de la Comunidad Valenciana en Alicante, donde Mazón suele reservar su agenda los lunes y viernes para estar más cerca de su familia.
Antes de la llamada a Feijóo se produce otra a Macarena Montesinos, su mentora política y la persona que apostó por él convenciendo a Teodoro García Egea, ex secretario general del PP, para que hiciera lo propio en 2021.
Es con ella y con un puñado de personas con quienes el ya president en funciones valora de verdad en qué debería resultar su “reflexión”.
Minuto a minuto de una dimisión que llega un año tarde.
Entretanto, Génova asegura que los planes del gallego no pasaban por la dimisión de Mazón o, al menos, por pedirla él.
La idea de Feijóo era, eso sí, decirle que no presentara de nuevo como candidato a las elecciones, una orden que iba a dar, previsiblemente, el 7 de noviembre, días después del aniversario de la tragedia y la remodelación del Gobierno prevista.
Así las cosas, la negociación real que termina de precipitar el adió del alicantino tiene lugar el viernes por la tarde (por la mañana sigue su agenda habitual y acude a un acto) en la propia Casa de las Brujas, donde de nuevo se rodea de su círculo más próximo, lo mismo que Feijóo, para ver cómo llevar a cabo la salida.
Es en este baile de opciones donde Mazón gana la partida a Feijóo para abandonar la jefatura del Consell y se produce la famosa llamada en la que le dicen “no te dejes hacer un Rita Barberá”, todo una aviso para navegantes, ya que la exalcaldesa de Valencia, cuya figura tras su fallecimiento los ‘populares’ han tratado de rehabilitar, sufrió el vació de su partido mientras era investigada por una presunta trama de corrupción.
Estableciendo un paralelismo, hay que recordar que, si bien Mazón no está investigado en la causa de la DANA, le siguen las pesquisas de la jueza de Catarroja.
El president todavía necesita tiempo para decidir, pero los dirigentes le apremian para que les informe cuanto antes con lo que vaya a hacer, para estar prevenidos.
Aquí se da otro pulso entre Génova y Valencia, pues ante el miedo de que los primeros impongan la opción de María José Catalá, actual alcaldesa, desde la Comunidad lanzan el nombre de Vicente Mompó, mazonista y hombre de máxima confianza del líder regional; un anuncio precipitado según a quién preguntes.
El sábado, Mazón y Feijóo intercambian mensajes por Whatsapp y hablan de que, tome la decisión que tome, lo importante es que sienta el apoyo del partido, Por la tarde, todavía el president habría comunicado a una persona muy cercana, de nuevo según El País, que no tenía pensado dimitir.
No te dejes hacer un Rita Barberá.
Las negociaciones siguen al rojo vivo entre la dimisión, el adelanto electoral o anunciar que se presentaría a la reelección en las elecciones autonómicas de dentro de dos años, pero llamar a las urnas antes de tiempo podría provocar un efecto dominó en otros territorios donde la ciudadanía está invitada a votar.
Ya el domingo, valenciano y gallego vuelven a hablar varias veces, también con Miguel Tellado, al que Mazón le traslada un sentimiento muy claro: “No puedo más”.
Es a él, con quien guarda una buena relación, a quien pediría expresamente que no impusieran a María José Catalá, una hoja de ruta con la que el PP nacional niega haber presionado al valenciano porque, además, esta posibilidad implicaría afrontar dos sucesiones.
El mismo domingo, el president habría empezado a escribir en solitario su discurso de despedida, aunque el desconcierto en todas las facetas de la formación es total porque todavía nadie sabe a ciencia cierta qué va a hacer, por lo que se limitan a informar a los medios de comunicación mediante Cuca Gamarra de que los dos políticos mantendrán una conversación ya previsiblemente definitiva por la tarde.
En última instancia, dos diálogos: uno al final del fin de semana en el que solo trasciende un breve comunicado pero con el que se da de hecho la dimisión, y otro a primera hora de lunes, más personal que política, mientras entra al Palau y con la decisión ya más que adoptada.
Después, Mazón reúne de urgencia a sus consejeros para anunciarles la decisión, que pronuncia en una declaración institucional que no ha quedado exenta de polémica.
