Feijóo arremete contra el Gobierno por su “disculpa” a México: “Yo no me avergüenzo de la historia de mi país, me avergüenzo de lo que hacen ahora”
El líder del Partido Popular critica las palabras del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras su gesto hacia México por el “dolor e injusticia” de la Conquista.
Era el fuego político que faltaba para cerrar una semana ya cargada de polémicas.
Las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante la inauguración de una exposición de arte indígena mexicano en Madrid, han abierto una nueva grieta entre el Gobierno y la oposición.
Albares habló de “dolor e injusticia hacia los pueblos originarios” y aprovechó su intervención para reconocer los claroscuros de la historia compartida entre España y México.
Sin embargo, lo que pretendía ser un gesto diplomático de acercamiento fue interpretado por la oposición como una disculpa encubierta.
Apenas unos minutos después del discurso, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, reaccionó con dureza en sus redes sociales, desatando una tormenta política inmediata.
“Que pidan perdón por lo que hacen ahora”
En su mensaje, Feijóo fue tajante:
“Que pidan perdón por lo que hacen ellos ahora.
Yo no me voy a avergonzar de la historia de mi país. Me avergüenzo de la actualidad a la que nos condena este Gobierno.”
Con estas palabras, el dirigente gallego quiso marcar distancia entre la historia de España y la gestión actual del Ejecutivo de Pedro Sánchez, insistiendo en que la política exterior no debe basarse en lo que considera “una visión revisionista del pasado”.
Feijóo defendió que España tiene motivos para sentirse orgullosa de su historia y de su herencia cultural compartida con América Latina, y acusó al Gobierno de utilizar “la culpa histórica” como herramienta política.
El origen del gesto diplomático
El desencadenante fue el discurso de Albares durante la inauguración de la exposición La mujer en el México indígena, organizada conjuntamente entre los gobiernos de España y México.
Ante la presencia de autoridades mexicanas, el ministro afirmó:
“Ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios a los que se ha tratado injustamente, y justo es reconocerlo y lamentarlo, porque forma parte de nuestra historia compartida y no podemos negarla ni olvidarla.”
La frase, cuidadosamente medida, fue interpretada como un reconocimiento parcial a las demandas históricas de México, que desde hace años ha solicitado una disculpa formal por los abusos cometidos durante el proceso de Conquista.
La respuesta mexicana: “Un primer paso importante”
Desde Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum celebró el gesto de Albares como “un primer paso importante” en el camino hacia la reconciliación histórica.
“El perdón engrandece a los gobiernos y a los pueblos. No es humillante; reconocer los agravios y lamentarlos fortalece la memoria colectiva”, declaró la mandataria, visiblemente satisfecha con las palabras del ministro español.
Sheinbaum aprovechó para reiterar su llamado a que España dé un paso más: una disculpa institucional y pública por los agravios del pasado colonial.
“Recuperar la verdad histórica no divide, une”, añadió, en un tono conciliador pero firme.
Un debate que se arrastra desde hace años
El tema no es nuevo. Ya en 2019, el entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador envió una carta al rey Felipe VI solicitando una disculpa formal por los abusos cometidos durante la Conquista.
La misiva no recibió respuesta oficial, y desde entonces, el tema ha estado latente en las relaciones bilaterales.
Ahora, con el Gobierno de Pedro Sánchez apostando por una diplomacia más simbólica y cultural, las palabras de Albares parecen haber reabierto una herida política que Feijóo no ha dudado en aprovechar para reforzar su discurso crítico hacia el Ejecutivo.
Feijóo y el orgullo nacional como bandera política
El líder popular ha convertido la defensa del orgullo nacional en una de las piezas clave de su narrativa política.
Frente a lo que él considera concesiones innecesarias o gestos de debilidad diplomática, Feijóo plantea un discurso basado en la reivindicación histórica y la unidad nacional.
“España tiene una historia que no debe ocultar, sino explicar con rigor y orgullo”, afirmó recientemente en un acto en Galicia.
Con su nueva reacción, Feijóo consolida esa línea: una oposición frontal a cualquier tipo de disculpa que, según su visión, “alimenta complejos innecesarios”.
Un gesto que divide opiniones
Mientras el Ejecutivo de Sánchez defiende que el gesto de Albares fue simplemente “una muestra de empatía cultural”, el Partido Popular lo considera un error diplomático.
En redes sociales, las reacciones se dividieron: unos aplauden la empatía con el pueblo mexicano; otros creen que el Gobierno “cede ante el revisionismo histórico”.
Analistas políticos coinciden en que este episodio tendrá impacto en la narrativa electoral: Feijóo refuerza su perfil como líder firme y defensor del legado español, mientras el Gobierno se reivindica como promotor de una diplomacia moderna, abierta y sensible a la memoria histórica.
