El Dioni analiza el robo del Louvre y lanza teorías sobre el destino de las joyas

El reciente robo en el Museo del Louvre ha despertado la atención mundial no solo por el valor histórico y económico de las piezas sustraídas, sino también por la rapidez y la precisión con la que los ladrones ejecutaron el golpe. En este contexto, El Dioni, conocido por protagonizar uno de los atracos más famosos de España, ofreció su análisis en el programa Código 10, generando titulares por sus observaciones directas y llenas de experiencia.

Recordemos que El Dioni se hizo célebre tras el atraco a un furgón blindado, en el que logró llevarse 300 millones de pesetas, equivalentes a unos 2 millones de euros, un golpe que todavía se estudia en escuelas de criminología y que marcó la historia del hampa en España. Hoy, décadas después, su opinión sobre el robo del Louvre tiene un peso especial, tanto por su experiencia como por su capacidad de analizar movimientos delictivos complejos.

El pasado domingo, un grupo de ladrones logró sustraer nueve joyas de la colección de la corona francesa, de las cuales solo se ha podido recuperar una. Lo sorprendente del golpe, según explicó El Dioni, es la rapidez con la que se ejecutó: “En apenas cuatro a siete minutos”, dijo, los atracadores se llevaron las obras expuestas en la primera planta del museo, mostrando una planificación que indica información interna sobre la disposición de las piezas y los sistemas de seguridad.

En Código 10, El Dioni analizó cómo la información privilegiada y la preparación milimétrica son clave en este tipo de robos. “Para vender es prácticamente imposible. Como no sea Elon Musk el que lo compre…”, comentó con su característico sentido del humor irónico. La frase generó risas, pero también dejó entrever que, en su opinión, el valor de las joyas robadas trasciende el mercado común, y que el destino de piezas de esta magnitud es casi siempre discrecional y limitado a actores muy poderosos.

El Dioni fue más allá y planteó una hipótesis sobre cómo podrían usarse las joyas robadas: “Un estado le pedirá que deje de fabricar un tipo de arma a cambio de una joya” o incluso para permitir alguna actividad en países conflictivos como Afganistán. “Me suena más a eso que a otra cosa”, añadió, insinuando que el robo podría tener fines estratégicos o diplomáticos, más que comerciales.

Su análisis pone de manifiesto que, aunque la cobertura mediática suele centrarse en el impacto económico, la realidad es que estos atracos también pueden estar vinculados a intereses políticos, estratégicos o internacionales.

Según El Dioni, la dificultad de vender una joya de tal valor en el mercado negro convencional implica que solo actores con poder, recursos o influencia global podrían negociar con ellas, lo que añade un matiz intrigante y casi conspirativo al caso.

Además, destacó que la velocidad del robo indica una coordinación impresionante, algo que solo se logra con información privilegiada: planos, horarios de vigilancia y rutas de escape perfectamente calculadas.

Para él, estos detalles muestran que el golpe fue meticulosamente planeado, y que los ladrones sabían exactamente qué buscaban y cómo mover las piezas sin ser detectados.

Aunque el Louvre ya ha iniciado investigaciones y la policía francesa trabaja contrarreloj, El Dioni advierte que la recuperación de todas las joyas podría ser extremadamente difícil. Sus comentarios no solo aportan perspectiva sobre la técnica, sino que también generan una sensación de misterio y tensión alrededor del destino de las piezas.

El programa concluyó con un debate sobre las implicaciones del robo: desde la seguridad de museos de renombre mundial hasta la posible utilización de las joyas con fines internacionales. La intervención de El Dioni recordó al público que los grandes robos históricos rara vez se limitan a intereses económicos, y que detrás de cada golpe puede existir un entramado de poder, estrategia y riesgo calculado.

En definitiva, su participación en Código 10 convirtió el análisis del robo del Louvre en un relato cautivador que mezcla criminología, política y misterio, dejando a la audiencia con muchas preguntas sin responder y con la certeza de que el caso aún tiene capítulos por descubrir.