Lo que comenzó como una votación normal… ahora se ha convertido en una verdadera guerra. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) atraviesa su momento más tenso: el bloque progresista se ha desmoronado por completo tras el inesperado apoyo de Sumar al bloque conservador. Fuentes internas revelan gritos, llamadas cruzadas y un riesgo creciente de dimisiones. Una reunión técnica que parecía inofensiva se ha transformado en una batalla política sin precedentes, con posibles repercusiones hasta La Moncloa. Algunos miembros denuncian “traiciones pactadas” y maniobras ocultas para controlar el poder judicial desde dentro. En los pasillos del CGPJ, reina el silencio y la desconfianza. 💥 ¿Qué es lo peor que podría ocurrir ahora?|TH

El bloque progresista ha estallado tras perder la votación para renovar las comisiones, incluida la Permanente, pieza clave del CGPJ

Tensión máxima en el Consejo General del Poder Judicial tras un Pleno marcado por la división y los reproches internos.

El bloque progresista ha estallado tras perder la votación para renovar las comisiones, incluida la Permanente, pieza clave del CGPJ.

La nueva composición salió adelante con el respaldo del bloque conservador, la presidenta Isabel Perelló y el vocal de Sumar, Carlos Preciado.

El resultado: 12 votos a favor, frente a los 9 del ala progresista.

Una derrota que ha abierto una profunda brecha interna.

La sesión se desarrolló en un clima de máxima tensión.

Según fuentes jurídicas, el vocal José María Fernández Seijo planteó su dimisión.

Esta votación ya se había pospuesto el pasado 8 de octubre, ante la falta de acuerdo entre los dos bloques del Consejo.

Finalmente, la negociación se rompió y la presidenta Perelló decidió someter la propuesta al Pleno pese al rechazo de los progresistas.

La propuesta aprobada mantiene a Preciado y Bernardo Fernández en la Comisión Permanente, junto a los conservadores Abascal y Mediavilla.

 

Estalla la guerra en el CGPJ: ruptura total entre los vocales progresistas tras el apoyo de Sumar al bloque conservador

También se incorpora la vocal Argelia Queralt en sustitución de Esther Erice, mientras entra Carlos Orga por la conservadora Pilar Jiménez.

Desde el sector progresista consideran esta votación “el fin del consenso” que había regido el funcionamiento del CGPJ.

Acusan directamente a la presidenta Isabel Perelló de haber “roto el equilibrio” y de favorecer al bloque conservador con su voto.

Los vocales progresistas denuncian que “el bloque conservador y la presidenta han dado a Preciado un poder desmedido en el Consejo”.

Según afirman, se le ha otorgado una representatividad “equiparable a la de un grupo completo”, alterando la proporcionalidad interna.

Los vocales críticos lamentan este “retroceso institucional” y advierten de las graves consecuencias para la independencia judicial.

En un comunicado, señalan que “se ha quebrado el principio de equilibrio” y se ha impuesto una lógica partidista dentro del órgano judicial.

El bloque progresista también acusa a la presidenta de “desoír” al 45 % del Pleno, excluyendo a los vocales que no apoyaron su decisión.

Por su parte, fuentes cercanas al sector conservador defienden que la votación se desarrolló “con plena normalidad y transparencia”.

El CGPJ, con este nuevo reparto, afronta una etapa marcada por la desconfianza entre los dos bloques ideológicos.

Mientras tanto, el malestar entre los progresistas no cesa y ya se habla de posibles renuncias o impugnaciones internas.

La fractura evidencia que la guerra entre bloques dentro del órgano de gobierno de los jueces sigue más viva que nunca.

El equilibrio institucional del CGPJ vuelve a tambalearse justo cuando más se necesita consenso para garantizar su independencia.

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