María Patiño no se mordió la lengua. En pleno debate sobre el Premio Planeta a Juan del Val, soltó una comparación que paralizó el plató |BV

María Patiño ha aprovechado las críticas a Juan del Val por el Premio Planeta para recordar lo que pasó con Jorge Javier cuando se llevó el Ondas.

 

María Patiño en ‘No somos nadie’. | Canal Quickie

 

La controversia que rodea al Premio Planeta 2025 otorgado a Juan del Val sigue generando conversación, tanto dentro como fuera de los platós.

Lo que parecía un reconocimiento literario se ha convertido en uno de los debates mediáticos más intensos del otoño.

En medio del ruido, María Patiño ha decidido intervenir, recuperando un recuerdo televisivo que pocos esperaban: el momento en que Jorge Javier Vázquez recibió su Premio Ondas y la reacción que generó entonces.

Todo comenzó durante la última emisión de No somos nadie, el programa de tertulia donde Patiño comparte mesa con Kiko Matamoros, Gonzalo Miró y otros colaboradores.

El espacio retomó las palabras de Juan del Val en La Roca, donde el escritor y colaborador de televisión intentó explicar su visión sobre las críticas recibidas por su novela Vera, una historia de amor, galardonada por el jurado de Planeta.

Según Del Val, su intención nunca fue “competir” con escritores profesionales, sino contar una historia personal y honesta.

Sin embargo, algunos opinan que el grupo editorial buscó más el impacto mediático que la calidad literaria.

En este punto, la conversación en No somos nadie cambió de tono cuando María Patiño tomó la palabra.

 

Una comparación inesperada

Con la calma que la caracteriza, Patiño recordó un episodio que, según ella, guarda cierta similitud.

“No sé si es un ejemplo que viene al caso —dijo—, pero recuerdo perfectamente cuando le dieron el Premio Ondas a Jorge Javier Vázquez. Fue un galardón recibido con mucha frialdad porque se suponía que ese reconocimiento debía recaer en un perfil más serio, más clásico”.

Sus palabras despertaron sorpresa entre los presentes. La presentadora no pretendía equiparar ambos casos, sino subrayar cómo la industria del entretenimiento tiende a juzgar con dureza a quienes rompen moldes.

“Cuando alguien que viene de la televisión entra en un terreno tradicional, ya sea la literatura o los grandes premios, se enfrenta siempre al mismo prejuicio”, señaló.

Kiko Matamoros, fiel a su estilo, matizó la comparación: “Puede estar bien traído, pero no es el mismo caso”, dijo, antes de profundizar en su punto de vista.

Para él, lo ocurrido con el Premio Planeta no tiene tanto que ver con la percepción pública del ganador, sino con una estrategia comercial.

 

Marketing, fama y literatura

“Lo que está haciendo el Grupo Planeta —añadió Matamoros— es una operación de marketing clarísima.

Han encontrado en los rostros conocidos una herramienta para dar más visibilidad al premio. Y eso, les guste o no a algunos, vende muy bien el producto”.

Esta reflexión abrió un debate más amplio sobre la relación entre la cultura y la popularidad.

¿Debe el prestigio literario medirse solo por la calidad de la obra o también por su capacidad de conectar con el público? En ese punto, María Patiño insistió en que los juicios prematuros pueden desvirtuar el mérito personal.

“A veces olvidamos que detrás de un nombre famoso hay también un esfuerzo, una historia, una pasión por contar”, comentó.

Lo cierto es que el Premio Planeta ha tenido en los últimos años varios ganadores vinculados al mundo mediático.

Desde periodistas y comunicadores hasta guionistas televisivos, el certamen ha ido abriendo sus puertas a perfiles más diversos, lo que para algunos significa democratización y para otros, pérdida de pureza literaria.

 

La memoria de un Ondas

Al evocar el caso de Jorge Javier Vázquez, Patiño revivió un capítulo que marcó un antes y un después en la televisión española. En aquel entonces, el presentador de Sálvame recibió el Premio Ondas al Mejor Presentador, un reconocimiento que muchos consideraron “inesperado”.

Las críticas no tardaron en llegar, pero con el tiempo, el comunicador demostró que el premio no fue un accidente, sino el resultado de una carrera sólida y popular.

“Quizá no se trata de quién lo merece más o menos —reflexionó Patiño—, sino de entender que los tiempos cambian y los premios también se adaptan. Lo importante es reconocer el talento, venga de donde venga.”

Sus palabras resonaron como un intento de equilibrar el debate, recordando que tanto la literatura como la televisión son formas distintas de contar historias. En ambas, lo que realmente perdura es la capacidad de emocionar al público.

 

Un debate que seguirá dando que hablar

Mientras Juan del Val intenta centrarse en la promoción de Vera, una historia de amor, las redes sociales siguen ardiendo con opiniones encontradas. Algunos defienden que el Premio Planeta ha sabido reinventarse; otros, en cambio, consideran que se está sacrificando la esencia literaria en favor del espectáculo.

Lo que nadie puede negar es que el asunto ha puesto sobre la mesa una conversación necesaria: la frontera cada vez más difusa entre la cultura popular y la alta cultura.

En ese terreno intermedio, figuras como Juan del Val —y ahora también María Patiño— se convierten en símbolos de una nueva era mediática, donde los premios ya no son solo cuestión de letras, sino también de impacto, carisma y conexión con el público.

Y mientras tanto, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿quién decide realmente qué es “merecido” en el mundo del entretenimiento? Tal vez, como insinuó Patiño, la respuesta esté menos en los jurados y más en el tiempo. Porque al final, solo el público y la historia sabrán poner cada premio en su lugar.

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